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lunes, 9 de mayo de 2011

La pérdida de un ser querido.

EL TIEMPO POR SÍ SOLO NO TE CURARÁ, NO ELIMINARÁ EL DOLOR,
PERO LA DURACIÓN DEL PROCESO DEL DUELO TE AYUDARÁ A RECUPERAR TU ENTEREZA.


La pérdida de un ser querido provoca una herida psicológica, seria y dolorosa que necesita cuidados, serenidad y sobre todo de tiempo, vivir este tipo de acontecimientos nos marca para siempre.

Es importante tomar en cuenta que todos en algún momento de nuestra vida requerimos de ayuda, para superar una perdida, para comprender nuestras emociones, sobre todo si se trata de una pérdida de alguien a quien amamos.
Vivir nuestro duelo nos permite comprender el proceso de sufrimiento y nos da herramientas para reconocer y manejar nuestras emociones, de forma clara y desarrollada. Debemos aceptar los sentimientos y dejar que fluyan de una forma natural.
En ocasiones nos apresuramos a terminar con nuestro duelo, nos esforzamos por evitar el dolor y tenemos prisa por volver a la normalidad, lo cual provoca que el proceso sea más difícil, ya que niega la importancia y profundidad de los sentimientos.

Amigos y amigas debemos recordar que los seres humanos somos diferentes cada uno de nosotros es un ser único, cuando experimentamos la muerte de una persona querida existen diferencias en nuestras reacciones.

¿Qué pasa con lo que siento?

Vivir con una pérdida no es tan fácil, orientar el dolor es importante para quien sufre la pérdida así como para la familia.

Todos experimentamos periodos de negación, enojo, negociación y depresión antes de alcanzar la aceptación, es difícil salir de una etapa.

Hablemos de los sentimientos que se generan ante una pérdida, Neimeyer (2000) menciona los sentimientos naturales ante el duelo:

Tristeza. Es el sentimiento más común, en las personas en duelo. A menudo a través de la conducta de llorar.

Enojo. Puede ser uno de los sentimientos más desconcertantes para los que sufren una perdida, este sentimiento es la base de muchos de los problemas del proceso de duelo.
El enojo proviene de una sensación de frustración ante el hecho de que no había nada que se pudiera hacer para evitar la muerte y de una especie de experiencia regresiva que se produce después de la pérdida de alguien cercano.

Culpa y autoreproche. Culpa por no haber hecho lo suficiente. Normalmente la culpa se manifiesta respecto a algo que ocurrió, que se descuidó alrededor del momento de la muerte. La mayoría de las veces la culpa es irracional y disminuirá a través de la confrontación con la realidad.

Ansiedad. Puede ser una ligera sensación de inseguridad a fuertes ataques de pánico y cuanto más intensa y persistente sea la ansiedad más sugiere una reacción de duelo patológico.
Los que sufren una perdida temen que no podrán cuidar de sí mismos solos, la ansiedad se relaciona con una conciencia más intensa de la sensación de muerte personal.

Soledad. Particularmente los que han perdido al cónyuge y que solían tener una estrecha relación en el día a día.

Fatiga. A veces se puede experimentar como apatía o indiferencia.

Impotencia. Se presenta a menudo en las primeras fases de la pérdida. Las viudas en particular se sienten muchas veces extremadamente impotentes.

Shock. Muy a menudo en el caso de las muertes repentinas. Pero a veces, incluso cuando la muerte es esperada, cuando se produce a consecuencia de una enfermedad progresiva, al recibir la llamada telefónica, el superviviente experimenta el shock.

Anhelo. Particularmente entre las viudas.

Emancipación. Puede ser un sentimiento positivo.

Alivio. Sobre todo si ese ser sufrió una enfermedad larga o particularmente.


Recuerda enfocar tu atención en el duelo, observa tus emociones para ayudarte a elevar la conciencia y desarrollarte como una persona más fuerte y más sensible.

Es imposible vivir sin experimentar dolor, la vida y el dolor van de la mano, todo el tiempo ocurren cambios en nuestra vida, es natural querer evitarlo y buscar equilibrio.

Aquí tienes algunas recomendaciones por expertos de la Universidad de Columbia:

• Habla acerca de tu ser querido
• Comparte tus sentimientos
• Aprecia sus recuerdos
• Evita tomar decisiones importantes
• Sé paciente
• Incorpórate a un grupo de ayuda
• Busca ayuda profesional
• Mantén un programa diario de actividades
• Mantén una rutina normal
• Ingiere comidas saludables
• Ejercítate regularmente
• Busca amistades

Mientras más pronto te liberes del dolor y del pasado, será más fácil empezar tu nuevo camino.

Amigos y amigas este artículo está escrito bajo un enfoque tanatológico, está referenciado en bibliografías que nos ayudan a superar la pérdida de un ser querido.




APRENDER DE LA PÉRDIDA. Una Guía para afrontar el duelo. Paidós. España, Robert A. Neimeyer. 2002.
DÉJALOS IR CON AMOR, La aceptación del duelo, de Dra. Nancy O´Connor, Ed. Trillas, 2ª edición de 2007, México, 190 pp.
University of Columbia. Dolor y Pérdida. http://www.cornellcares.org/pdf/handouts/gal_lovedonedies_sp.pdf

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