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sábado, 12 de febrero de 2011

El Misterio de Machu Picchu.



El Misterio de Machu Picchu. Por Karina Sans


Existen muchas leyendas en el altiplano. Entre ellas me llego al alma la del pájaro Lulli. La llamada ave de la Paz. El ave para los incas es el símbolo del reino de los cielos. Según la leyenda, cuando los pueblos demostraban belicosidad, agresión y falta de entendimiento entre su gente, el dios del sol “Inti” mandaba a volar una hermosa ave de bellos colores tornasolados. Las personas al mirarla quedaban fascinadas con su belleza, y sus sentimientos negativos se veían trasformados en sentimientos de amor y compresión, de paz y de alegría.


Dice la leyenda que la última vez que se vio sobrevolar a esta ave, más grande que el cóndor, fue durante una batalla que se iba a realizar en la zona llamada “bebedero del inca”, donde los incas y otro grupo indígena se disputaban un territorio. Cuando iba a comenzar el combate el ave apareció en el cielo y gracias a ella se depusieron las armas y los combatientes se abrazaron unos con otros llegando a un acuerdo de paz. De esta forma se anexiono un pueblo más al imperio inca, conservando sus costumbres y tradiciones. El imperio inca respetaba a los pueblos que conquistaba y hasta premiaban a sus enemigos dejándolos al mando de su gente. En el lugar donde se celebro la paz se fundo la ciudad de Lulli, hoy llamada Juli.

Muchas personas preguntan a los que visitamos Machu Picchu si es cierto que se siente una energía especial allí. Si es que se respira un aire místico o espiritual. Y les contesto “si, es cierto”. Hay una energía que te hace sentir bien desde que uno posa los pies en la entrada al santuario. Tanta belleza abruma. Y ahí creo yo radica el misterio revelado de Machu Picchu. Se encuentra la paz y la euforia al mismo tiempo. Uno se sienta en los andenes de cultivo o en la parte superior de la montaña donde se divisa toda la ciudad y las ideas se aclaran en la mente. Y dos ojos no alcanzan para ver tanto y apreciar tanto, por eso se abre el corazón para también poder ver mas allá, y así conectarnos con ese entorno maravilloso y con nosotros mismos.
Sí, es majestuoso. Sí, te hace sentir como nunca en el paraíso terrenal, en comunión con el cielo y con la tierra.

En muchas culturas se logra la conexión espiritual elevada mediante la búsqueda de la belleza como motivador o disparador de estados de conciencia elevados. Y los incas lo sabían bien. Por eso seleccionaron ese lugar para edificar su santuario mayor. Para estar diariamente en contacto con la belleza y con los canales por donde fluye esa energía motivadora. Motivadora al crecimiento y a la comunicación entre personas.

Lo más increíble de todo. Saben que es? Que si se mira en fotografía aérea la imagen de la ciudadela o santuario de Machu Picchu tiene forma de ave, de un picaflor. Porque eso es el santuario, como el ave Lulli, una imagen perfecta de la belleza, para que el corazón del hombre que lo mira, distraiga su mente de sentimientos y emociones negativas y se conecte con esa energía iluminadora y creativa.

Machu Picchu es también un regalo enviado por el dios Inti a sus súbditos en la tierra, que lo construyeron para maravillarnos a todos y hacernos recordar, que este mundo es mucho más que guerras, disputas personales o búsqueda de necesidades materiales. Y por eso se merece sin dudas el honor de ser una de las siete maravillas del mundo.

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