Miedo al compromiso
Adicción al amor y a la evitación
Miedo al compromiso tiene como fondo temor a la entrega-miedo al amor y sus implicancias. Es muy difícil entregarse verdaderamente-Puede haber pareja-matrimonio de años y sin embargo puede no haber entrega. Cuando nos entregamos estamos en carne viva-sentimos intensamente y nos acercamos a ser queridos incondicionalmente. Cuando el amor se da en su plenitud y sentimos que todos nuestros aspectos son incondicionalmente aceptados entramos en un estado de paz que ayuda a que aceptemos todas nuestras partes y podamos experimentar el bienestar de sentirnos finalmente completos-no hay mapa para la aventura del amor no sabemos por donde irá, no podemos controlarlo ni garantizar que el otro estará allí siempre. El otro es otro y corremos el riesgo de ser heridos. El bienestar de la intensa conexión que da la verdadera entrega inaugura la posibilidad de la pérdida de ese bienestar y así aparece el miedo. Este temor se representa en dos miedos básicos en las relaciones íntimas:
- Miedo al abandono
- Miedo a la invasión
- Miedo al abandono
- Miedo a la invasión
Temores que vienen de nuestras primeras relaciones significativas y la vida en pareja actualiza.
Cuando niños aparecieron las primeras frustraciones (sensación de no ser queridos a la manera que necesitamos-no sentirnos valorados lo suficiente-temor a ser invadidos emocionalmente). En todo caso buscamos recursos para defendernos de ese temor creado la «personalidad» como un intento de defendernos del dolor del abandono o la invasión y una estrategia para ser queridos y no invadidos. Una coraza que aleja lo que sentimos, necesitamos, a nuestro ser frágil por que siente miedo a entregarse. Si bien nos ayuda a funcionar, en las relaciones íntimas puede ser un freno que impide un contacto verdadero. Al crear conductas que evitan la entrega (“si no me entrego no estoy sujeto a pérdida o invasión alguna”) la personalidad “nos defiende con una estructura estable, predecible, pero esa fortaleza segura se transforma en rigidez y temor a ser desestabilizados. Pero el amor desestabiliza, da miedo porque no escucha nuestros razonamientos, sigue su propio camino, no lo podemos controlar “perdemos la cabeza”. Podemos escuchar al amor o seguirlo, pero no podemos dominarlo o controlarlo. Cuando nos abrimos a él lo hacemos a la posibilidad de perderlo.
Así el compromiso, la entrega, el amor nos enfrenta a nuestra vulnerabilidad y por miedo a ella peleamos constantemente con ella, añorando la invulnerabilidad, pero no hay salida si no aceptamos la fortaleza de reconocernos vulnerables. Así es como dejamos de estar asustados, preocupados por lo que pueda pasar, nos entregamos a lo que la vida trae, por que la vida pasa por donde quiere no por donde nosotros queremos que pase.
No confundir vulnerabilidad con debilidad, se necesita mucha fuerza para reconocer que somos vulnerables.
Circulo vicioso de miedo: La mujer sufre mas miedo al abandono que cubre con estrategias de acercamiento, ese movimiento hace que el hombre se sienta invadido golpeando su miedo básico, miedo a la invasión que genera alejamiento preventivo que alimenta sensación de abandono cerrando así el círculo vicioso de miedo al dolor.
- El Miedo al abandono es generador de ansiedad, no querer separarse del otro, reclamar por lejanía, falta de entrega, demostrando lo entregado que se está. Pero muchas veces no hay verdadera entrega de quien teme ser abandonado, el acercamiento no es sinónimo de entrega, intentar poseer o invadir no es entrega, hay entrega cuando se acepta lo que hay, es verdadera aceptación cuando el corazón dice sí al otro tal cual es, apareciendo la confianza básica que permite desarrollar capacidad de espera confiando que el otro se acercará, y la confianza es contagiosa. Aquí se necesita desarrollar confianza y capacidad de espera, confiando que el otro estará allí. En el fondo está la sensación de no ser querido como uno necesita, no ser valorado. Lo adecuado seria no enojarnos con lo que nos pasa cada cual se protege como aprendió, con distancia, no entrega, desconexión, presión o exigencia.
Circulo vicioso de miedo: La mujer sufre mas miedo al abandono que cubre con estrategias de acercamiento, ese movimiento hace que el hombre se sienta invadido golpeando su miedo básico, miedo a la invasión que genera alejamiento preventivo que alimenta sensación de abandono cerrando así el círculo vicioso de miedo al dolor.
- El Miedo al abandono es generador de ansiedad, no querer separarse del otro, reclamar por lejanía, falta de entrega, demostrando lo entregado que se está. Pero muchas veces no hay verdadera entrega de quien teme ser abandonado, el acercamiento no es sinónimo de entrega, intentar poseer o invadir no es entrega, hay entrega cuando se acepta lo que hay, es verdadera aceptación cuando el corazón dice sí al otro tal cual es, apareciendo la confianza básica que permite desarrollar capacidad de espera confiando que el otro se acercará, y la confianza es contagiosa. Aquí se necesita desarrollar confianza y capacidad de espera, confiando que el otro estará allí. En el fondo está la sensación de no ser querido como uno necesita, no ser valorado. Lo adecuado seria no enojarnos con lo que nos pasa cada cual se protege como aprendió, con distancia, no entrega, desconexión, presión o exigencia.
El Miedo a la invasión es temer dejar de ser uno mismo, y tiene necesidad de satisfacer al otro que se posterga el propio deseo. Son hombres que necesitan proveer, satisfacer, hacerse cargo del bienestar del otro y preocupación por satisfacer el deseo del otro puede invadir de tal modo que dejamos de ser nosotros. El camino es tolerar el disgusto del otro, poner límites y perder miedo a decir no. Es trabajar con la omnipotencia, uno no tiene el poder para resolverle la vida al otro, no somos dueños de su felicidad, especialmente de sus antiguas heridas internas.
Cuando entramos en el juego del amor nuestro corazón tiende a entregarse pero nuestra personalidad teme perder su seguridad, evitando la entrega para no verse cara a cara con nuestra vulnerabilidad. Duele descubrir que en el amor podemos resultar heridos. Buscamos que ese dolor nunca llegue, apareciendo el miedo al compromiso como miedo a asumir la propia vulnerabilidad.
La vida en pareja entraña:
- riesgo al fracaso amoroso
- compromiso o comunidad de objetivos
- necesidad de tolerancia, comprensión, cariño, atención
- concesiones mutuas y pérdida de cierto grado de libertad individual por consenso
Ante este cambio nos planteamos si es más lo que se pierde que lo ganado y aparece el miedo, revelando la desproporción entre lo que tengo, los recursos con que cuento y lo que creo tener. Dos causas de la inseguridad y no romper la cotidianidad. Comprometerse es: tomar decisiones que requiere confianza en sí mismo y riesgo que depende de una motivación para el cambio, es perder un poco el control de nuestra vida.
Cuando entramos en el juego del amor nuestro corazón tiende a entregarse pero nuestra personalidad teme perder su seguridad, evitando la entrega para no verse cara a cara con nuestra vulnerabilidad. Duele descubrir que en el amor podemos resultar heridos. Buscamos que ese dolor nunca llegue, apareciendo el miedo al compromiso como miedo a asumir la propia vulnerabilidad.
La vida en pareja entraña:
- riesgo al fracaso amoroso
- compromiso o comunidad de objetivos
- necesidad de tolerancia, comprensión, cariño, atención
- concesiones mutuas y pérdida de cierto grado de libertad individual por consenso
Ante este cambio nos planteamos si es más lo que se pierde que lo ganado y aparece el miedo, revelando la desproporción entre lo que tengo, los recursos con que cuento y lo que creo tener. Dos causas de la inseguridad y no romper la cotidianidad. Comprometerse es: tomar decisiones que requiere confianza en sí mismo y riesgo que depende de una motivación para el cambio, es perder un poco el control de nuestra vida.
La convivencia entre una persona decidida y otra que evade el compromiso acarrea problemas de comprensión:
- las personas muy comprometidas deben relacionarse con personas similares sino aparecen sentimientos de frustración.
- las personas con temor al compromiso avanzan poco en la vida, no consigue realizar sus proyectos por miedo a una decisión importante. Las personas indecisas debe tomar conciencia que cada decisión tiene costo y beneficio que debe encontrar por si.
Comprometerse puede tener logro y satisfacción que no alcanza si teme al compromiso (miedo a perder control de su vida o incapacidad para expresar sentimientos, miedo a sufrir) se priva de experiencias que desea o de compartir con quien quiere. Siendo personas con falta de autonomía, permisivos, demasiado protectores con ellos e incapaces de tomar decisión trascendentes. Tienden a controlar todo por que no son capaces de afrontar la inseguridad de compartir, con complejo de inferioridad son buenos conquistadores, pero cuando aparece el miedo busca excusa para romper la conquista. Suelen descubrir fallas ‘insalvables y acusan de llevar la relación demasiado rápido.
- las personas muy comprometidas deben relacionarse con personas similares sino aparecen sentimientos de frustración.
- las personas con temor al compromiso avanzan poco en la vida, no consigue realizar sus proyectos por miedo a una decisión importante. Las personas indecisas debe tomar conciencia que cada decisión tiene costo y beneficio que debe encontrar por si.
Comprometerse puede tener logro y satisfacción que no alcanza si teme al compromiso (miedo a perder control de su vida o incapacidad para expresar sentimientos, miedo a sufrir) se priva de experiencias que desea o de compartir con quien quiere. Siendo personas con falta de autonomía, permisivos, demasiado protectores con ellos e incapaces de tomar decisión trascendentes. Tienden a controlar todo por que no son capaces de afrontar la inseguridad de compartir, con complejo de inferioridad son buenos conquistadores, pero cuando aparece el miedo busca excusa para romper la conquista. Suelen descubrir fallas ‘insalvables y acusan de llevar la relación demasiado rápido.
Después de recuperarse de la codependencia o adicción al amor se alcanzar la madurez que permite vivir mejor la relación con uno y con otros, entonces:
- Ve al otro de forma realista, se muestra tal cual es, presta atención, dice la verdad, pide lo que necesita o desea, se desprende del apego al resultado.
- Sabe que el otro no es perfecto y cometerá errores. Sabe que habrá situaciones injustas, abusivas, discusiones, tonos inapropiados pero lo afrontarán sin crear demasiada tensión, pudiendo reconciliarse de esas violaciones de los límites, sin sentimiento de humillación.
- Asume la responsabilidad por su crecimiento personal. La recuperación continúa, ninguno exigirá al otro como debe hacerlo o si lo hace mal, es uno quien determine su manera o ritmo de permanecer en estado adulto. No se permite caer en viejo vicio infantil, el otro no es responsable de su carencia infantil. Si pide recibe la ayuda del otro sin hacerse la victima ni esperar ser rescatado. Puede centrarse en encontrar soluciones a los problemas, ambos se hacen cargo de los problemas que surgen, acordando como actuar, cada cual se hace responsable de cumplir lo acordado. Lo peor es usar un problema para sacar quejas acumuladas o crear situaciones emocionales. Puede ser íntimo con el otro y apoyarlo sin hacer el trabajo del otro, ni sacrificar propias necesidades.
Autor: Counselor Alejandra Alonso
http://www.generacionempatica.com.ar/
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