Un ministro de propaganda nazi llamado Joseph Goebels creó un decreto universal en 1939 por el cuál se instaba a todo el mundo a afinar el LA musical a 440 Hertzios, en lugar de a 432 Hz, frecuencia a la que se afinaba toda la música hasta el momento. Desde 1939 hasta hoy en día se ha entonado a esa frecuencia.
Esto provoca en la gente pensar y sentir de una manera determinada y se la mantiene sumida en un desorden interno. En 1953 el decreto de Goebels fue aprobado por parte de la Organización Internacional de Normalización (ISO).
Esto ocurrió a pesar de los esfuerzos de un gran número de músicos franceses que apoyados por el Conservatorio de París, organizaron un referéndum para preservar el LA afinado a 432 Hz.
El LA afinado a 432hz ha estado oculto al mundo por ser el punto de balance sónico de la naturaleza.
“432 Hz vibra en los principios de la media de oro PHI y unifica las propiedades de la luz, tiempo, espacio, materia, gravedad y el magnetismo con la biología, el código del ADN y la conciencia.
La afinación natural a 432 Hz tiene efectos profundos en la consciencia y también en el nivel celular de nuestro cuerpo.
“Por la re-sintonización de instrumentos musicales y el uso de la afinación de concierto a 432 hertzios en vez de 440 hertzios, tus átomos y el ADN empiezan a resonar en armonía con la espiral de PHI de la Naturaleza.” (Brian T. Collins)
Toda la música que escuchamos en este momento, genera una frecuencia inarmónica con el planeta y con el organismo humano.
Una nota hace 12 armónicos, porque pone en resonancia las 12 notas de la escala musical (con medios tonos y sostenidos).
Las notas hacen 12 armónicos, cuando se toca una nota afinada a un LA afinado a 432 Hz. Cuando uno toca en un LA afinado a 440 Hz, sólo se hacen 8 armónicos. La música afinada a 440 Hz es música muy pobre.
La frecuencia del planeta Tierra es de 8 Hz. Las ondas alfa, la frecuencia del cerebro en estado de relajación profunda, son ondas a 8 Hz. Afinar a 440, hace que la base no sea 8, sino 8’25, lo cual significa que los armónicos que generan no son armónicos con el planeta.
El Ser Humano funciona en un rango de frecuencia que va de 16 a 32 Hertzios, lo que equivale en la escala musical, del do al do, o sea, una octava.
Afinar a 440 Hz tampoco es armónico con la frecuencia del Ser Humano porque la base es 16,5. La primera alteración física que podemos notar cuándo llevamos un rato escuchando música, es cansancio, fatiga, ganas de no hacer nada, y esto sucede porque los armónicos de la música no encajan con la frecuencia vibratoria del ser humano.
La frecuencia en la que nos mete la música afinada a 440 Hz nos hace sentir inseguridad, miedo, angustia y desorden interno.
Durante muchos años ha interesado que la Humanidad esté sumida en la oscuridad.
Si la música no está en armonía con el planeta, no está en armonía con el Ser humano y cómo consecuencia se producen alteraciones en ambos.
Para evitar que esto continúe sucediendo, deberíamos afinar la música a 432 Hz. Y podemos hacerlo pasando toda nuestra música al ordenador, y utilizar un programa que permita bajar la frecuencia. Las interpretaciones sonarán un poco más lentas, pero es casi imperceptible.
Hay programas de ordenador que sirven para manejar, editar y grabar música. Por ejemplo el de Mac, Garage Band.
Esta música después se debe pasar a DVD en lugar de en CD, porque los CD’s no tienen capacidad de manejar 12 armónicos, sólo manejan 8 armónicos, y no serviría de nada porque estaríamos recortando 4 armónicos.
La música grabada en CD es cortante, dura, fría, en cambio grabada en DVD es más cálida porque permite grabar con los 12 armónicos.
Fuente: Músicos por la Conciencia
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"Por primera vez en casi un siglo, los amantes de la música podrán escuchar el repertorio clásico interpretado en la forma que los grandes compositores como Mozart, Bach, Beethoven y Verdi, deseaban.
Una nueva generación de grandes cantantes, considerada imposible de surgir por mucho tiempo, se hará realidad; también la posibilidad de formar nuevos compositores que escriban en la tradición de los clásicos, se abrirá de nuevo.
Todo empezó en una conferencia en Milán, el pasado mes de abril cuando las estrellas de la ópera Renata Tebaldi y Piero Capuccilli apoyaron un llamado emitido por el Instituto Schiller para restablecer la afinación basada en el La = 432 Herz, usada en el tiempo de Verdi.
Más de 400 importantes ejecutantes y directores de orquesta dieron de inmediato su apoyo a la propuesta del Instituto Schiller para bajar la afinación; entre ellos: Carlo Bergonzi, Plácido Domingo, Brigit Nilson, Peter Schrier, Christa Ludwig, Mirella Freni, la soprano del Metropolitan Bidú Sayao, el cellista de la orquesta del Metropolitan Jascha Silbertein y el famoso director Gianandrea Gavazzeni.
Tan entusiasta respuesta del mundo musical indica que grandes músicos hacen hasta lo imposible para interpretar el repertorio clásico, han visto obstaculizados sus esfuerzos por la carrera competitiva de los directores de orquesta para subir la afinación cada vez más.
Algunas casas de ópera como la de Florencia, Berlín y Viena, han superado con mucho el La = 440 llegando a la estratósfera sonora alegando que tratan de lograr un sonido más "brillante".
Giuseppe Verdi, quien compuso algunas de las más finas óperas del mundo, sabía que "el sonido noble y redondo de la afinación natural es mucho más bello que el sonido forzado del tono excesivamente alto".
Él también entendía que los valores (frecuencias) de los tonos no es un asunto arbitrario o de elección personal, sino que corresponde a valores universales. Como Verdi escribió en una carta a la Comisión Gubernamental de Música de Italia: "Es absurdo que una nota sea llamada "LA" en Roma y "SI BEMOL" en París dado que la música es un lenguaje universal".
Verdi trabajó mucho para demostrar en la práctica dicha universalidad.
En colaboración con los más destacados científicos de su tiempo. él fijó el La en 432 ciclos por segundo como el "Diapasón científico" correspondiente a la voz humana natural y tuvo éxito en lograr que el gobierno italiano emitiera en 1884 un decreto estableciendo ese tono como base de afinación para la interpretación musical.
Hoy, el Instituto Schiller ha revivido el esfuerzo de Giuseppe Verdi.
Inspirado en los logros de Lyndon LaRouche en este terreno, los científicos más destacados en esta área, han fundamentado nuevamente la coherencia del La = 432 (que corresponde a un Do5 = 256) con las leyes que gobiernan el universo físico, desde la organización de nuestro sistema solar, hasta la producción de la voz humana. Desde una visión científica avanzada, ellos han demostrado que cualquier otra afinación, basada en el La = 440, 443, ó 450 no solo no refleja la ley natural sino que dado que la viola, produce daños reales en la voz humana.
Ello, como Renata Tebaldi, entre otros, han expresado, es la razón por la que ciertos tipos de voz como la auténtica contralto y el verdadero barítono, han casi desaparecido de los escenarios.
Muchos cantantes, obligados a forzar sus voces para estar acordes con la afinación tan elevada, frecuentemente deciden incursionar en el repertorio propio de tesituras más bajas; descontando el hecho de que el "color" natural de sus voces no les permitiría cantar en una tesitura ajena. Los cantantes que intentan seguir el camino ascendente de la afinación, terminarán sacrificando sus voces."Adjunto este comentario al post, por considerarlo de maximo interes
Posiblemente... pero esa "tontería" nimia, ese detallito de subir unos Hz.. Daña las cuerdas vocales y sobrecarga los instrumentos que en lugar de grandiosos se transforman en sólo potentes y acaban siendo destruidos, mirar un extracto de un artículo de 1.988:
Una nueva generación de grandes cantantes, considerada imposible de surgir por mucho tiempo, se hará realidad; también la posibilidad de formar nuevos compositores que escriban en la tradición de los clásicos, se abrirá de nuevo.Todo empezó en una conferencia en Milán, el pasado mes de abril cuando las estrellas de la ópera Renata Tebaldi y Piero Capuccilli apoyaron un llamado emitido por el Instituto Schiller para restablecer la afinación basada en el La = 432 Herz, usada en el tiempo de Verdi.
Más de 400 importantes ejecutantes y directores de orquesta dieron de inmediato su apoyo a la propuesta del Instituto Schiller para bajar la afinación; entre ellos: Carlo Bergonzi, Plácido Domingo, Brigit Nilson, Peter Schrier, Christa Ludwig, Mirella Freni, la soprano del Metropolitan Bidú Sayao, el cellista de la orquesta del Metropolitan Jascha Silbertein y el famoso director Gianandrea Gavazzeni.
Tan entusiasta respuesta del mundo musical indica que grandes músicos hacen hasta lo imposible para interpretar el repertorio clásico, han visto obstaculizados sus esfuerzos por la carrera competitiva de los directores de orquesta para subir la afinación cada vez más.
Algunas casas de ópera como la de Florencia, Berlín y Viena, han superado con mucho el La = 440
Llegando a la estratósfera sonora alegando que tratan de lograr un sonido más "brillante".
Giuseppe Verdi, quien compuso algunas de las más finas óperas del mundo, sabía que "el sonido noble y redondo de la afinación natural es mucho más bello que el sonido forzado del tono excesivamente alto".
Él también entendía que los valores (frecuencias) de los tonos no es un asunto arbitrario o de elección personal, sino que corresponde a valores universales. Como Verdi escribió en una carta a la Comisión Gubernamental de Música de Italia: "Es absurdo que una nota sea llamada "LA" en Roma y "SI BEMOL" en París dado que la música es un lenguaje universal".
Verdi trabajó mucho para demostrar en la práctica dicha universalidad. En colaboración con los más destacados científicos de su tiempo. él fijó el La en 432 ciclos por segundo como el "Diapasón científico" correspondiente a la voz humana natural y tuvo éxito en lograr que el gobierno italiano emitiera en 1884 un decreto estableciendo ese tono como base de afinación para la interpretación musical.
Hoy, el Instituto Schiller ha revivido el esfuerzo de Giuseppe Verdi.
Inspirado en los logros de
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