Una mañana un pequeño salió a jugar. Donde él vivía, había un hermoso y enorme lago. Se le hizo fácil meterse y decidió hacerlo.
Poco tiempo después, vio venir a un cocodrilo.
Como ya estaba muy adentro del lago, no pudo llegar a la orilla. El cocodrilo lo empezó a atacar y empezó a gritar con todas sus fuerzas. En eso, su mamá que ya iba con él lo escuchó y corrió.
La señora, por más de ver que era imposible salvar a su hijo, no se dio por vencida. Pasando mas tiempo, la mamá pudo salvar a su hijo, lo malo, es que el niño quedó con heridas graves por las mordidas del cocodrilo.
Tiempo después -ya que el niño estaba un poco mejor de sus graves heridas- fueron unos reporteros de un famoso periódico de esa ciudad, para hacerle una entrevista al niño.
Cuando los reporteros empezaron hablar con el niño, se dieron cuanta que tenía unas marcas en los brazos y le preguntaron que le había pasado, qué eran esas marcas, a lo que el niño respondió: "Son marcas del amor".
A lo que los reporteros se sorprendieron y no comprendía la respuesta del niño y le dijeron. “Perdón ¿Como que marcas del amor?”
”Si, marcas del amor –respondió el niño-. Porque aunque mi mamá veía imposible salvarme, lo logró, y aunque la fuerza del cocodrilo era más fuerte que la de ella, pudo superarla por el gran amor que me tiene”.
El amor de una madre puede hacer cosas imposibles y rebasar límites que jamás pensamos rebasarlos.
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