Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. Tendría más problemas reales y menos imaginarios", decía en su poema Borges. ¿Por qué no empezar ya?.
Es la propuesta de Mario Alonso, Médico, experto en estrés y comunicación, energía y bienestar, acaba de publicar "Vivir es un asunto urgente" que recuerda los recursos que tenemos para aligerar cuerpo y alma.
La psiquiatra Elisabeth Ku-bler Ross, máxima autoridad mundial en tanatologia, concluyó que cuando las personas están a punto de morir reflejan dos pensamientos: el primero es que les gustaría haber vuelto a conectar con un ser querido con quien se había roto la conexión; el segundo es que tendrían que haberse atrevido a mucho más en la vida, hubieran jugado más a ganar que no a evitar perder.
Las personas que han visto de cerca la muerte lo demuestran: pasan a aprovechar el tiempo de modo completamente distinto, simplifica mucho más su día a día y descubren que en la vida, en realidad hay solo unas pocas cosas importantes y que por encima de todo está el placer de ser y no de tener .En su libro Mario Alonso surge a menudo Ia palabra abundancia, pero no en referencia a los excesos, sino todo contrario: a la riqueza interior "Dediquemos el tiempo a aquello que verdaderamente marca un impacto en nosotros y en los demás" anima.
Para él, "cada día que vivimos es un regalo que no pódemos desperdiciar con cosas banales. Si un día tenemos un problema con un ser cercano , hay que resolverlo y no dejarlo para mañana .Si hoy puedo dar un paso para acercarme a mi sueño, no voy a dejarlo para una situación más propicia.
Corremos porque no diferenciamos lo que es importante y urgente y no importante.
Como no hemos establecido prioridades claras en nuestra vida , no tenemos definido a qué hemos de decir sí o no.
Centrarse en el momento y aprovechar nuestros recursos simplifica, por tanto, la vida?
El presente quiere decir que en ese momento tú prestas atención a lo que está sucediendo. La atención es como un foco, si empiezas a desperdigarla llega un momento en que no ves nada; cuando uno se concentra en lo que está haciendo, capta mucho más lo que está sucediendo.
De hecho hay un estado mental, fluir, también llamado la zona, que deportistas, artistas y personas de todos los campos describen como si el tiempo se parara y son mucho más conscientes de todo lo que está pasando.
¿Otro paso es, entonces, viajar hacia dentro y no hacia fuera?
La cultura grecorromana, aunque empezó con Sócrates, Platón o Séneca, que hablaban mucho de meterse dentro, tomó otra dirección y se dedicó a explorar. En Oriente, por su parte, vieron que el verdadero viaje era hacia el interior, que la respuesta estaba dentro. Ambos tienen la razón, lo de dentro y fuera está conectado. Si yo estoy bien por dentro, mi relación con fuera será distinta. Si emito ilusión, confianza, apertura y afecto lo habitual es que el mundo exterior, a modo de espejo, me devuelva lo mismo; si emito tensión, ira, resentimiento y frustración, me devuelve lo mismo.
¿Tan sensibles somos al resto?
Hay un fenómeno llamado resonancia límbica. Quiere decir que una persona que está tensa y respira deprisa es imitada de forma inconsciente por las personas que están al lado y comienzan a respirar de la misma forma. Si mi respiración es tranquila y profunda, no solo reduzco mi ansiedad, sino que ayudo a reducir la suya.
La mayor parte del impacto que causamos en los demás no está en Io que decimos sino en cómo nos sentimos frente a esa persona; las neuronas espejo son capaces de captar lo que está sintiendo la otra persona, incluso su intencionalidad en base a microgestos de la musculatura de la cara, pequeños cambios en el tono de voz, etcéte.
Tres sencillas frases para abrirse al mundo:
En demasiadas ocasiones nos complicamos enormemente la vida en las relaciones interpersonales. Mario Alonso destaca y explica tres sencillas palabras que, al usarlas, nos pueden abrir todas las puertas.
POR FAVOR
No es sencillamente el uso de dos palabras, es ternura, amabilidad, cariño y simpatía lo que va unido a un "por favor".
GRACIAS
El agradecimiento hacia nosotros mismos y hacia los demás reduce la hipertensión arterial y mejora el insomnio.
LO SIENTO
Todos cometemos errores, pero la clave es corregir ese error, no castigarlo. "Lo siento" es un sistema de corrección, no de castigo. Además, la palabra tiene un enorme poder, superior al de "perdóname", porque "lo siento" va asociado a un "perdóname", incluso aunque la otra persona no perdone. Sin embargo, si yo lo que quiero es que me perdonen y solo encuentro equilibrio si la otra persona me perdona, tengo una dependencia excesiva de los demás.
Gracias Karmen.
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