marcados por experiencias, cambios, encuentros
que nos echan cara a cara con la parte más oscura que llevamos.
A más de uno le gustaria poder esconderse de esta parte,
la menos glamurosa, la menos simpática,
la que se hace tan pesada a veces,
que hasta las máscaras prefieren alejarse de ella.
Algunos lo logran dándole la espalda,
la sociedad occidental propone mil variantes para apoyar y premiar
a todo aquel que tenga la cobardia de quedarse con las máscaras,
cambiándolas un día tras otro, de un momento a otro,
según la situación, según convenga...
Existe otra especie de seres que no obstante,
se empeña en querer hacer la paz con la sombra,
para cada uno de aquellos, la sombra parece tener forma distinta,
reflejando los acuerdos divinos firmados en el mundo de los espíritus.
Si no me acuerdo de lo que vine a hacer aqui,
si no me esfuerzo por entender cuales son las lecciones que debo de aprender,
con cada fortuito encuentro,
con cada sombra que yo misma invoqué;
para seguir nutriendo mi alma,
el camino podrá resultar más dificil aún...
Al observar alrededor mío,
puedo darme cuenta con toda facilidad,
de que cada ser tiene alguna sombra al acecho,
puedo admirar y apreciar como algunos van estrechando manos de paz
con las que se cruzan por sus caminos.
Elijo inspirarme de sus pasos,
invoco el silencio en mi mente,
me dejo apaciguar por las caricias del viento,
confiando en que llegara un momento,
en que la luz se habrá hecho tan potente,
tan intensa, tan presente en cada uno de nosotros...
Que la sombra ya no cabrá y de la Pachamama se irá....
Gracias Aurelia Alberti
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