Un Padre de familia económicamente estable, deseando que su hijo Javier Alejandro, supiera lo que era ser pobre, lo llevo a un país muy pobre del continente; en lo profundo de una colina, con una familia campesina y silvestre; pasaron cinco días y cuatro noches, en su vivienda del campo.
En el auto de regreso a la ciudad, el padre de Javier Alejandro le preguntó a su
hijo:
¿Qué te pareció esta experiencia?
Su hijo le contestó: Buena.
El hijo con la mirada en dirección hacia los edificios altos, sin preocupación alguna sobre la pregunta formulada por su padre.
¿Y que aprendiste hijo mío?, insistió el padre.
El hijo le contestó:
Padre, aprendí, que en casa nosotros tenemos un perro y ellos tienen cinco, tenemos un gran jacuzzi, y ellos tienen un río sin final, de agua transparente y cristalina, donde hay muchos peces.
Que nosotros tenemos en casa linternas de
Que nosotros compramos en el supermercado nuestra comida y ellos, siembran y cosechan la propia, nosotros escuchamos sonido digital, ellos escuchan una dulce sinfonía de sonidos de ranas, sapos, grillos y otros animales.
Nosotros cocinamos en cocina eléctrica, ellos todo lo que se comen, tienen ese delicioso sabor del fogón de leña.
Para cuidarnos nosotros, vivimos rodeados por un muro, con muchas alarmas, ellos habitan con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de los vecinos cercanos.
Nosotros vivimos pendientes del móvil, de la computadora, del televisor, del dvd, ellos en cambio, están conectados a la vida, al cielo, al sol, al agua, a la verde colina, a los animales silvestres, a su siembra y a su familia.
El padre quedo muy impactado por la profundidad de las respuestas de su hijo, Javier Alejandro, entonces el hijo culmino diciéndole a su padre:
Gracias papa, por haberme enseñado y hacerme entender lo pobre que somos nosotros.
En la vida nos damos cuenta que no disfrutamos con lo poco que tenemos, y cuanto sufrimos por lo mucho, que deseamos y anhelamos, no nos damos cuenta que la vida es muy corta, es un pasaje temporal, y si no vemos a nuestro alrededor de vez en cuando, seguro nos perderemos de las cosas hermosas que la vida nos ofrece, si bien hay un dicho que no le ponemos la debida atención que nos dice: "Un hombre es tan viejo como sus prejuicios y tan joven como sus ideas", que las cosas mas hermosas del mundo, no se ven fácilmente, ni menos se tocan, solo se sienten con nuestro corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Muchas gracias por tus comentarios