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lunes, 4 de abril de 2011

Rosh Hashaná. Cómo apegarte a tus resoluciones y lograr un crecimiento verdadero.




Cómo apegarte a tus resoluciones y lograr un crecimiento verdadero.
por Dina Coopersmith


A pesar de nuestra resolución de cambiar y crecer este año, ¿cuántos de nosotros ya hemos comenzado a caer nuevamente en los viejos modos de comportamiento y en malos hábitos? Así como nos ha enseñado la experiencia previa, tomar la decisión de cambiar no garantiza el cambio. No te desalientes. Aquí hay cinco ideas prácticas para ayudarte a mantener tus resoluciones y lograr un crecimiento verdadero.

1. Enfócate sólo en el día de hoy

Busca crecer hoy, en el presente. No te preocupes por haberte equivocado en el pasado. Ya pasó, y puedes cambiar y crecer hoy. Y no te preocupes por el futuro: todavía no estás allí. Sólo tómate las cosas de un día a la vez.

Como está escrito en la Torá: "Ustedes están todos parados hoy delante de Dios" (Deut. 29:9). Hoy específicamente –ni en el pasado ni en el futuro, sino que están parados aquí hoy.

Por ejemplo, si decidiste despojarte de ese exceso de peso y adoptar un estilo de vida más saludable, no pienses en las fiestas y en la comida que has consumido. Eso está en el pasado. Y no te preocupes por las comidas que tendrás en Sucot, y en cómo te las ingeniarás para seguir sólo con las ensaladas. Ese es el futuro. Enfócate sólo en el día de hoy –eso es algo que puedes manejar- la energía de los días se irá sumando y eso te dará un impulso para enfrentarlos en su debido momento.

2. Desarrolla una estrategia

Todo objetivo necesita un plan de acción bien definido para poder llevarse a cabo. Si has hecho algo de introspección y has clarificado tu objetivo. ¿Cómo lo cumplirás? ¿Qué necesitas cambiar para lograrlo?

No puedes arreglar toda tu vida de una sola vez. Necesitas desarrollar un plan a largo plazo, un plan que incluso podría llevar la vida entera, y debes asegurarte de que estás dirigiéndote en la dirección correcta. Divídelo en pequeños pasos manejables, que sabes que podrás cumplir y que te llevarán a obtener resultados positivos.

Por ejemplo, digamos que este año quieres convertirte en un mejor padre. Podrías escribir un plan:

Inscribirme por tres meses en un curso para padres que comienza a fines de octubre.

Leer un libro sobre ser padre antes de diciembre.

En diciembre llevar un control diario de cuántas veces perdí los estribos con los niños.

En enero llevar un control diario de cosas amorosas que hago por mis niños.

En febrero elegir una idea principal del curso que implementaré a mi vida diaria.

Cuanto más simple mejor. ¡Cada paso pequeño que des en la dirección correcta es monumental! Como dicen nuestros sabios: "Abre para Mí una abertura como el ojo de una aguja y Yo abriré para ti una abertura por la cual pueden entrar vagones" (Shir Hashirim Rabá 5:3).

3. Haz que pase automáticamente

No confíes en que siempre te sentirás tan fuerte como ahora respecto a tus aspiraciones, o en que podrás recordar consistentemente tus compromisos y llevarlos a cabo. Si hay una manera de crear una situación que te fuerce externamente a hacer lo que bien adentro sabes que es lo correcto, sin depender de tu decisión en todo momento dado, generas una probabilidad mucho más grande de cumplir con tus objetivos.

Por ejemplo, si decidiste dar $200 dólares mensuales a caridad, arregla con tu banco que envié esa suma automáticamente a la organización de tu elección en un día determinado del mes. O escribe 12 cheques y ponlos en sobres estampillados listos para ser enviados el primero de cada mes. Asegúrate, de alguna manera, de que no esté en tus manos.

Si quieres aumentar este año tu cantidad de estudio de Torá, consíguete un compañero de estudios o inscríbete en algún programa de compañeros telefónicos. Saber que alguien cuenta con que estés allí, aumenta inmediatamente las probabilidades de que pase.

4. Dilo en voz alta

Este es uno de los "48 Caminos a la Sabiduría", mencionados en la Ética de los Padres (Avot 6:6). El habla es una característica únicamente humana. Es la forma en la que traducimos un pensamiento espiritual en una realidad física. La pronunciación convierte al pensamiento en una idea real. También te fuerza a enfocarte en el significado de las palabras y a alcanzar claridad y sentirte identificado con el concepto.

Por ejemplo, si te tomas un momento y piensas: ¿En qué debo realmente trabajar para mejorar durante este año? Luego di en voz alta: "Estoy comprometido a trabajar para convertirme en un mejor marido y para despojarme de mi enojo". Dilo unas cuantas veces y fíjate si realmente lo deseas. Si suena bien y te identificas con ello, se estará convirtiendo en una realidad, en lugar de ser una noble noción en tu mente.

Cuando se trata de nuestras aspiraciones de Rosh Hashaná, es fácil tener pensamientos altamente idealistas, pero puede que no sean prácticos hasta que no los verbalicemos. Una vez que verbalizas claramente lo que realmente deseas lograr y cómo planeas alcanzar tus objetivos, llegas a conocerte mejor, entiendes cuáles son tus bloqueos y tus obstáculos, y tienes una posibilidad mucho más grande de traer el potencial a la realidad.

Supón que tomas una decisión de hacer un tiempo en tu día para rezar. Juega a ser abogado del diablo y desafíate a ti mismo en un diálogo real (bueno, monólogo en realidad).

"Voy a comenzar a rezar todos los días".

"Lo dudo. No funcionó durante todo el año pasado. ¿Por qué debería funcionar este año? Convénceme".

"Eso es porque estaba tan distraído con los niños llevándolos a la escuela".

"¿Entonces cómo evitarás esas distracciones este año?".

"Me levantaré 20 minutos más temprano todos los días y seré mucho más organizado".

"Mmm. ¿Qué posibilidades hay de que hagas eso?".

"¿Qué quieres decir? ¡Compré un reloj despertador y estoy listo para empezar!".

"¡Buenísimo! ¡Hazlo! ¿Está puesto a la hora correcta para mañana?".

Por supuesto que no debes hacer esto en público. No quieres que la gente piense que te estás volviendo loco. Pero en un cuarto tranquilo, lee tu lista de resoluciones y ve si encuentras que tienes resistencia a algo, o si hay algunos aspectos confusos o no lo suficientemente claros en tu plan, ¡y discútelo contigo mismo!

5. Involucra a un amigo

Dile a un amigo de confianza o a tu cónyuge, maestro o confidente sobre tus objetivos para el año que viene. Si están dispuestos a brindarte el tiempo, pídeles que realicen contigo un plan que parezca más realista. Diles que se sientan libres para controlarte y recordarte tus resoluciones. El mejor escenario posible sería establecer una llamada diaria o semanal para que puedas medir tu progreso, discutir cómo van las cosas y posiblemente estudiar juntos de un libro que explore el asunto y que inspire al crecimiento en el área en la que has resuelto que deseas cambiar.

¡Shaná tová 5771 y buena suerte con el crecimiento que vas a lograr hoy!

gracias AishLatino.com

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