Campanadas de discordia

Campanadas de discordia

Debiéramos saber respetar las decisiones de los demás allí donde sus derechos los asisten. Las repetidas insistencias con el intento de convencer lo único que logran son fricciones que irritan las relaciones confundiendo los derechos que cada uno posea para tomar una libre decisión. Muestra a las claras nuestra insistencia en no respetar la forma de pensar de otros, la que se traduce en intolerancia y soberbia, al considerarnos dueños de la verdad. Y la verdad será en última instancia la de cada uno aunque sea equivocada. En el mejor de los casos, con nuestro comportamiento lograremos convencer dejando guardada la animadversión dentro de la otra persona. Ésta permanecerá dormida como bomba de tiempo dispuesta a ser activada ni bien aparezca entre ellos la mínima fricción sobre el mismo u otros temas. Debemos todos hacer un esfuerzo extra por entender que de la misma manera que a nosotros nos gustaría que todos compartieran nuestra opinión, cada uno de los demás querría lo propio para sí mismo. ¿Estaríamos acaso nosotros dispuestos a ceder en nuestras más profundas convicciones para satisfacer a los demás? ¿Sería esto lo correcto por hacer? Y si ello fuese así, ¿quienes son los que debieran adaptarse y quién gozaría de la prerrogativa de imponer su decisión? Me temo que las campanadas de la discordia continuarán escuchándose durante algún tiempo más.

 Gracias .Rudy Spillman este texto es del nuevo blog: "ESCRITOS de Rudy Spillman"